una vez más sobre mis sienes,
el dulce palpitar
el llanto ahogado en el humo de otro cigarrillo;
esta vez era la luz de la oscuridad
en su silencio,
esta vez brillando sólo para mí,
dándome a luz
despertándome
escribiendo en mi frente.
El gris no es tan gris,
el verde vida olvidando resaltarse,
el tiempo mal usado para marcar etapas
las etapas sin medidas de tiempo.
Ahora ese azul oscuro se oye como laúd celestial
ora estamos solos
ora sólo está presente lo que siempre resiste el olvido.
Más roja que negra
menos tinta en las heridas,
cinco de tres ocasiones
tres de cinco sentidos
BLANCO ABSOLUTO
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